Rumbo al fin del mundo
Trece horas de vuelo y llegamos a Buenos Aires. Increíble ciudad con sabor a Tango, Versos y a Boca. Allí nos espera otro avión para poner rumbo al fin del mundo… lo que no sabíamos es que éramos nosotros los que tendríamos que esperar… y esperar… ¡Menuda tormenta eléctrica! Pasamos 12 horas en el aeropuerto con la incertidumbre de no saber si podríamos volar al día siguiente. Comida preparada en la cafetería del aeropuerto. Y un benjamín para celebrar que por lo menos los asientos están acolchados. ¿Una siestecilla? Son las dos de la madrugada y mañana va a ser un día muy largo. A las 6 ya estamos en pie y conseguimos plaza en el primer vuelo.
Por fin llegamos a la Península de Valdés. Patagonia argentina. Carolina nos espera en Puerto Madryn, nuestra primera parada. Aquí todo parece tener otra dimensión, todo es inmenso. Lo que se ofrece ante nuestros ojos es un increíble regalo: 360º de llanura bella y desmedida.
Increíble el espectáculo natural de las ballenas francas y sus crías. Carolina, Gustavo y Lula nos enseñan su impactante tierra.
Nunca había visto tantos pingüinos tan de cerca. Es una colonia de 200.000, la segunda más grande. Cómo se mueven, cómo se comunican, cómo corren…
Se nos hizo de noche grabando su graciosa forma de moverse… Vámonos que llegamos tarde a la cena. Vuelta accidentada. Pinchazo en carretera. Tres coches paran para ayudarnos. ¿Os he comentado lo bien que nos trataron los argentinos? Y ¡qué rico el cordero patagónico! Fue una charla estupenda entre familia y amigos de Carolina. Pero tenemos que irnos ya. ¡Tenemos una cita al amanecer con los lobos marinos! !!!Lobos marinos!!! !En el agua! Buceando contigo, bueno, tú con ellos más bien. Una de las experiencias más bonitas de mi vida. Una mezcla entre temor, curiosidad, juego y felicidad cuando sientes sus bigotes pegados a tu boca. ¡Te dan besos! Y mordisquitos. Increíble.
Patagonia es un millón de km2 de naturaleza virgen, y nada tiene que ver la belleza de Madryn con la de Ushuaia. Y hacia allá vamos. Volamos al Fin del Mundo con luz de atardecer. Las suaves luces sobre el agua dejan entrever una población casi de cuento. Hace casi 500 años, un grupo de exploradores del Viejo Mundo avistó las costas de una tierra desconocida. Columnas de humo de las fogatas de los nativos parecían flotar sobre las aguas, en la neblina del amanecer. Este entorno místico dio el nombre a la Isla: Tierra del Fuego. Aventura, emoción, historia y leyenda. Hoy es un territorio joven, habitado por exiliados de todas las guerras, buscadores de oro, petróleo o aventura. Ushuaia es, para unos, el fin del mundo pero para otros, el principio de todo.
Mercedes y Francisco llevan juntos desde los 13 años. Él le prometió llevarla al Fin del mundo y casi cincuenta años después, ha cumplido. Juntos, regentan un precioso hotel en plena Tierra de Fuego. Se llama Hotel Campanilla y os lo recomiendo si pasáis por la zona, es coqueto y acogedor. Como ellos! Y nos llevan a navegar por el Beagle. ¡Dios mío, qué frío! Y qué impactante belleza.
Vuelo a Calafate. Allí vive Miguel desde hace 20 años. Es toda una institución en la zona. Muy querido. Él escribió la primera guía de montaña de la zona y ahora es manual de escuela. Con él somos testigos de varias rupturas del glaciar Perito Moreno. Lo que más me impactó, el sonido de la caída del hielo. Algo así como un bloque de 20 pisos cayendo al vacío. De Agostini lo definió así: "Permanezco absorto ante el fascinante espectáculo... Allí está, justamente, la gran magia de la Patagonia blanca.". Nos contaban que hace un tiempo, se vivía como un evento extraordinario. Los fotógrafo incluso esperaban meses para capturar el momento de la gran ruptura del hielo, se veía como algo casi poético, como dijo De Agostini. Nosotros, en un momento, presenciamos varias rupturas. Fue angustioso. Como si la Tierra se derrumbara.
Otro madrugón. Tenemos que cruzar la frontera con Chile. Casi 400km para llegar a Torres del Paine. Un imprevisto en la frontera nos retrasa así que tenemos que grabar a toda prisa. La Patagonia chilena es espectacular. Ana está más que acostumbrada al viento pero es que aquí el viento se escribe con mayúsculas. Rachas de 100 km/h. ¿Alguien necesita piedras para meter en el bolsillo?
Ana es aventurera de las de verdad. Es guía y lo lleva en la sangre. Ahora vive en África y tiene su propio hotel que, por las fotos y conociéndola, debe ser maravilloso así que estoy deseando visitarlo y desde aquí lo recomiendo porque es precioso! www.bubaqueislandhotel.com
Y yo me quedo sin batería en la cámara… Cena rápida y carretera. Rumbo a Punta Arenas. Otros trescientos y pico kilómetros. Dani, nuestro conductor, nos contaba sus aventuras al volante, en unas vacaciones se hizo Buenos Aires-Valdés-Ushuaia-Bariloche-Calafate y eso son ¡más de diez mil kilómetros! ¡Y lo decía como si nada! Y que luego un Madrid-Barcelona en coche nos parezca locura… Mañana volamos a Puerto Montt. Y de ahí, un ferry al archipiélago de Chiloé.
Llueve en la isla grande de Chiloé. Por algo lo llaman la Nueva Galicia. Como decía Maribel, aquí hay dos estaciones: el invierno y la estación de ferrocarril. Pero es una lluvia que acaricia. Este lugar tiene magia. La gente convive entre pincoyas, traucos y fiuras y decenas de seres mitológicos. Me encantó hablar con un jefe huilliche. El curanto fue genial. Disfruté mucho con las historias de Maribel y Tino, maravillosa y entrañable pareja que cruzaron sus caminos en la madurez. Escuchando el cariño en su mirada. Sus poemas y sus melodías… Nos sentimos como en casa. Y esta casa tiene alma. Nos faltó tiempo. Maribel y Tino realmente se aman. Si se puede tocar el amor, yo lo sentí allí, entre las cuerdas de su violín, siguiendo los pasos de Neruda y los vientos chilenos.
Cruzamos la cordillera de los Andes para volver a la Patagonia argentina. Bariloche es nuestro broche final. Isabel nos espera con la ilusión de una niña en el que lugar que, dicen, alguna vez estuvo el paraíso. Pudimos sentir la calidez de su amor familiar. Y todavía hoy, incluso en la distancia puedo sentirlo. A pesar de que, tristemente, su marido ya no está entre nosotros, Isabel mantiene vivo ese inmenso amor. Un fuerte abrazo desde aquí, Isabel, fue precioso conoceros.
Una de las cosas por las que estoy más agradecida es precisamente esto, cada una de las increíbles personas que he tenido el privilegio de conocer y de las que aprender. Nos han tratado como familia y todavía hoy nos sentimos vinculados con un cariño muy especial. Por muchos años más.
Hemos recorrido 1.000.000 km2 en algo más de una semana.
Hemos rozado animales salvajes increíbles. Hemos conocido a gente maravillosa, paisanos, argentinos y chilenos. Y hemos vivido experiencias para recordar siempre. Ha sido una maravillosa paliza viajera. Todavía lo estoy asimilando…
Se podría decir que Patagonia es un estado de ánimo.
¿Alguna vez os habéis despertado sabiendo que todavía podéis estar otros diez minutos en la cama? Pues ese estado placentero, casi casi de irrealidad, es el que te da Patagonia.
El poeta portugués Fernando Pessoa, que nunca pasó por aquí, escribió “los vientos patagónicos tatuaron mi imaginación”… A mí, me pasó lo mismo.
¡¡¡GRACIAS PATAGONIA!!!
Towards the End of the World
Thirteen hours flying and we arrived in Buenos Aires. Incredible city with flavor of Tango, Verses and Boca. There, another plane awaits us to set course for the end of the world ... what we didnt know is that we were the ones who would have to wait ... and wait ... and wait ... What a thunderstorm! We spent 12 hours at the airport with the uncertainty of not knowing if we would be able to fly the next day. Fast food and some of those small bottels of champange to celebrate at least the seats are padded. A nap? It is two in the morning and tomorrow is going to be a veeery long day.
Carolina awaits us in Puerto Madryn, our first Patagonian stop.
At last, we arrive at the Valdés Peninsula. Argentine Patagonia. Incredible the natural spectacle of the whales and their calfs. Carolina, Gustavo and Lula show us their impressive land. Everything seems to have another dimension here, everything is immense, superlative. Between mate and mate, we enjoy every second of the road. What is offered before our eyes is an incredible gift: 360º of and incredible beautiful and inmense landscape.
I have never seen so many penguins so closely. It is a colony of 200,000, the second largest in the area. The way they move, how they communicate, the way they run ... It was that funny that made us at night recording them... Let's go, we're late for dinner. Bumpy ride. Flat tire. Three cars stop to help us. Have I told you how incrediblely well the Argentines treated us? And how delicious the Patagonian lamb was! It was a great chat between family and friends of Carolina. But we have to go now.
We have a sunrise date with the sea lions! !!! Sea lions !!! !In the water! Diving with you, well, you with them rather. One of the most beautiful experiences of my life. A mix between fear, curiosity, play and happiness when you feel their whiskers glued to your mouth. They kiss you! And nibbles. Just amazing.
Patagonia is 1.000.000 km2 of virgin nature, and the beauty of Madryn has nothing to do with that of Ushuaia. And there we go. We fly to the End of the World during the golden hour. The soft lights on the water hint at a village with a taste of almost a fairytale.
Nearly 500 years ago, a bunch of explorers from the Old World sighted the shores of an unknown land for the first time. Columns of smoke from the native bonfires seemed to float above the waters, in the mist of dawn. This mystical environment gave the name to the Island: Tierra del Fuego. Adventure, emotion, history and legend. Today its a young territory, inhabited by exiles from all wars, prospectors of gold, oil or adventure. Ushuaia is, for some, the end of the world but for others, the beginning of everything.
Mercedes and Francisco have been loving each other since they were 13 years old. He promised to take her to the End of the world and almost fifty years later, he has fulfilled what was promised. Together, they run a beautiful hotel in the heart of Tierra de Fuego. It is called Hotel Campanilla and I recommend it if you visit the area, it is charming and cozy. Like them! And they take us to navigate the Beagle. OMG how cold! And what striking beauty!!!
Flight to Calafate. Miguel has lived there for 20 years. Its quite an institution in the area. Much loved. He wrote the first mountain guide in the area and now it´s a school manual. We saw several ruptures of the Perito Moreno glacier with him. It´s both beautiful and sad. We witnessed ice is melting quickly. What struck me most, the sound of falling ice. Sort of like a 20 story block falling into the void. I will always remember it. De Agostini defined it this way: "I remain absorbed in the fascinating spectacle ... There it is, precisely, the great magic of white Patagonia.". A while ago, it used to be like an extraordinary event that photographers even awaited during months to capture this moment of the big ice breaking up, almost seen like some poetic as De Agostini said. We saw several breakups. Heartbreaking. Like Earth falling apart.
Another early crewrise. We have to cross the border with Chile. Almost 400km to reach Torres del Paine. Something delays us at the border so we have to film in a very short time everything we had scheduled for the whole day. Chilean Patagonia is spectacular. Ana is more than used to the wind, but here the WIND is written in capital letters. Streaks of 100 km / h. Does anyone need stones to put in his pocket?
Ana is an adventurer and a real guide and carries it in her blood. Now she lives in Africa and owns a beautiful hotel which, from the photos and knowing her, must be wonderful so I am looking forward to visiting it and from here I recommend it because it is amazing! Like her!!! www.bubaqueislandhotel.com
Back to Torres del Paine, quick dinner and on the road again. Heading to Punta Arenas. Another 300-odd km. Dani, our driver, told us about his adventures behind the wheel, on a vacation he made Buenos Aires-Valdés-Ushuaia-Bariloche-Calafate and that is more than 10.000 km! And he said as it´s a very minor thing! And for us Madrid-Barcelona by car seems crazy ... Tomorrow we fly to Puerto Montt. And then, a ferry to the Chiloé archipelago. Non stop.
It rains on the big island of Chiloé. For something they call it Nueva Galicia. As Maribel said, there are two seasons here: winter and the railway station. But it is a rain that caresses. This place has magic. People coexist among pincoyas, traucos and fiuras and dozens of other mythological beings. I loved talking to a Huilliche chief. The curanto was great. I really enjoyed Maribel and Tino´s stories, a wonderful and endearing couple who crossed paths and fell in love at maturity.
Hearing the love in their gaze. His poems and melodies ... We felt at home. And this house has a soul. We lacked more time. They really really love each other. If love can be touched, I felt it there, among those fingers, following Neruda steps and chileans winds.
We crossed the Andes mountain range to return to Argentine Patagonia. Bariloche is our icing on the cake. Isabel awaits us with the illusion of a girl in a place that, they say, was paradise once.
We were able to feel the warmth of their family love. And even today, even in the distance I can feel it. Despite the sadness that her husband is no longer with us, Isabel keeps that immense love alive. A big hug from here, Isabel, I am immensely grateful for having met you.
One of the things I am most grateful for is precisely this, each of the amazing people I have had the privilege to meet and learn from. They have treated us like family and still today we feel linked with a very special affection. For many more years.
You could say that Patagonia is a state of mind. Have you ever woken up knowing that you can still spend another ten minutes in bed? Well, that pleasant state, dreamy, almost unreal, is what Patagonia gives you. The Portuguese poet Fernando Pessoa, who curiously never passed by here, wrote once "the Patagonian winds tattooed my imagination". Same thing happened to me.
We have covered a million km2 in just over a week. We have almost touched incredible wild animals. We have met wonderful people, Spanish, Argentines and Chileans. And we have lived experiences to always remember. It has been a wonderful travel beating. I'm still assimilating it...
Thank you Patagonia!